Corrector para poner orden al aparente caos

Colegio Suizo de México | May 21, 2020


Adriana Marín DDP Colegio Suizo de México – Campus Ciudad de México

Hoy desperté más temprano de lo acostumbrado; tenía una sensación, una necesidad de orden, sutil, silenciosa que me levantó de la cama.
Lo primero que hice fue ir a mi agenda: la abrí y vi que había en ella una buena cantidad de eventos anotados, que, por la cuarentena, no se llevarán a cabo.

Tomé el corrector y empecé a borrar las fechas anotadas. De un rápido y fácil movimiento, desaparecían: eventos de trabajo, fiestas de cumpleaños, conferencias, entrenamientos, cursos, reuniones, que, en su momento, parecían eventos muy formalmente a realizarse.

Mientras lo hacía mi alma, la que se despertó inquieta esta mañana, se iba serenando.

Había orden otra vez.

Había claridad en mí.
Había espacio para acomodar nuevas actividades, para la creatividad, para lo nuevo, para plasmar nuevas ideas, para hacer ejercicio en casa, para jugar en familia, para platicar con calma, para disfrutar a los míos, para fluir con lo que sí tenemos.

El corrector y su «brochita» me mostraban algo que ya sé: el cambio, la impermanencia, la ilusión de control, la creencia de que las cosas, planes, personas son permanentes, fijas y sólidas. La idea equivocada de que, basta con planear algo para que se dé.

Nuevamente mi agenda tiene espacios en blanco…
Se queda anotado lo que, hasta ahora, está fluyendo suave y amorosamente.
Sin que el resultado sea garantizado…mi intención, mi anhelo, de que, si se hagan esas actividades, está vivo…aunque mi felicidad y mi paz no dependen de que se lleven a cabo.
Tengo la oportunidad de entrenarme en la incertidumbre, practicar la confianza en que todo está bien como es.

Gracias corrector por enseñarme lo fácil que es volver a empezar… de cero.

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