Colegio Suizo de México | May 19, 2020
Con todo gusto les compartimos la segunda parte de los poemas barroquistas escritos por nuestras talentosas y talentosos alumnos de 3ero de Secundaria quienes para la clase de Español con la profesora Victoria Escalera realizaron una interpretación del género.
Si no vieron la primera parte publicada ayer, los invitamos a disfrutarla dando clic aquí.
Soñando una vida despierto
donde mi alma no tiene dueño,
nadando entre los misterios
de la vida y sus encuentros,
navegando entre mis sentimientos
pero me alegro de que sólo felicidad siento
al saber que puedo soñar mi vida despierto
navegando por mis sentimientos
viendo las estrellas me encuentro
iluminando el alma están
mientras se expresa mi libertad
de poder soñar despierto.
Escrito por: Sofía Hernández
Un soneto, catorce versos, que disparate,
en aprietos me ponen para ser un principiante.
Será que pierdo la razón en el primer cuarteto
mejor no, porque Victoria lo necesita antes,
entonces, después de enviarlo enloquezco.
De amor, de tristeza, de hastío, ¿de qué escribo?
pues de encierro que experta ya soy,
al paso de las semanas Zoom ya domino,
añoro las clases en aulas, qué delirio.
Vuelvo al soneto que entregar a las catorce tengo,
lo quieren sin tardanza y apremia el tiempo.
Lleno en materia entro porque el teclado desespera;
vacía de inspiración pronto mi mente se colma de ideas…
Cuartetos, quintetos qué más da, que para métrica Góngora está.
El tiempo se detuvo con perderte.
De órbita a la Tierra hiciste salir,
lo mejor de mí al irte te llevaste.
Creí que lo nuestro sería eterno,
pero de mí tú fuiste arrebatada.
Ahora nuestro amor será profano.
Más yo te hubiera gozado, mi amada.
El tiempo fingió ser mi amigo, pero
poco a poco me ha ido traicionando.
Recuerdo cuando nuestro amor abundó,
tu ser mi corazón aceleró.
Extrañaré tus besos en mi frente,
ahora sólo me queda morir.
Adiós, gracias vida por ser mi amante.
Debimos escuchar más fijamente lo que el pesado viento susurraba
en aquella difunta pradera que en algún momento se asemejó a las
vividas mejillas de una doncella.
La flor de la vida llegó su apogeo sin que notáramos que el
inquietante descanso eterno se apoderaba de sus raíces.
La silenciosa muerte siempre será invencible, y nos dará una vida
de ventaja para luego reencontrarnos.
La vida es corta pero larga.
En una vacía habitación finaliza todo. Vacía de cosas materiales
pero llena de memorias en las que nos ahogaremos para soñar de
manera permanente.
Tambor en mi pecho siento,
desatan truenos en mi mente tal tormenta,
la sensación hasta el último mometo perdura,
el día mío ya se había ido.
La obra de teatro así continúa,
primer acto, los ojos la borrasca nubla,
segundo acto, del azar los golpes yacen,
tercer acto, la amenaza de los años domina.
Sin disfrute alguno
desapercibida la función termina
y en la tierra fría extiende ya su cuerpo.
Se toca el cielo con las manos,
en este azul se escuchan lamentos,
llantos llenos de rencor son.
Poema escrito por: Guillermo Bulnes
A la muerte ningún miedo haz de sentir, pues la vida tienes que
vivir.
Sea un sueño o un risueño la vida estará para ti.
Está bien temer a la muerte, pues ninguno sabe cuándo puede
llevarte, pero, ¿por qué preocuparse por aquella expiración, cuando
tenemos nuestra existencia en afirmación?
Familia y amigos en vida hay que apreciar, no una pantalla que el
cerebro deja secar.
Y al final de nuestro recorrido, a la muerte un abrazo daremos de
corrido y en las profundidades de aquel corazón, tú sabes que tengo razón.
Extrañan todos el antes;
antes de la obligatoria hibernación,
antes de saber que durarían meses
con tanta demencia en esta desesperación.
Antes de pensar tanto y la cabeza perder,
por lo que al internet y Zoom pueden culpar.
Antes de la sabiduría de Sócrates tener y saber que no saben nada confesar.
Antes del uniforme facial de doctor diario usar,
pensar en el Carpe-Diem y en ocasiones desperdiciadas.
Antes de la escuela y el trabajo extrañar,
y odiar a las aves nocturnas tan analizadas.
Antes de que los pobres malagradecidos hibernaran,
ahora, con desesperanza y exasperación,
lo que antes no apreciaban, más extrañan
durante la supuesta más alegre estación.
Poema escrito por: Jacinta Llaca
Espera a todos un final obscuro,
prorrogarlo nuestro único recurso es,
os suplico misericordia, merced,
que para el declive no estoy listo.
Por Eco nuestro creemos nos bellos,
si de ese modo érase en nuestra gloria
avanza la inevitable tortura,
a hueco Narciso similares somos.
El encanto de un instante caduca,
al sádico Cronos habrá que culpar
pues patentado crueldad y harta saña ha.
Al ir a un sumamente veloz paso
sobrante ha alejado nos de Narciso,
solamente perdurará nuestro Eco.
Los seres de hoy en un mundo avanzado vivimos el
cual hacia atrás andando sigue, y mientras más se
acerca al centro de la tierra, más se vuelve comida
del ser de las profundidades incendiadas.
¿Y por qué tan fervientemente nos acercamos, a
horrible tal destino? Bueno pues, por nuestra culpa es.
Culpable es el saber del no saber, y culpable es
el ser amarillo con poco cabello que tanto abunda
el conocimiento es poder, decían, pero en tierra
de ciegos, el tuerto es el rey, y sabio el vidente.
Mientras que las calvas tierra comen.
Si tan sólo el pasto tocasen una vez, si
verduras comer una vez quisieran,
tal vez, el platillo no seríamos.